Para amar no hay que "Morir de Amor", sufrir, desvanecerse, perder el norte,
ser uno con el otro o alterar la identidad.... ESO no es Amar, es intoxicación afectiva.
Morir de amor, así mismo, es morir de desamor.... Es el rechazo, el insoportable juego
de la incertidumbre y de no saber si te quieren de verdad, la espera, el imposible o el
"NO", que te cae como un jarro de agua fría. Es humillarse, rogar, suplicar, insistir y per-
sistir más allá de toda lógica, esperar milagros, reencarnaciones, pases mágicos y cu-
alquier cosa que restituya a la persona amada y la intensidad de un sentimiento que
languidece o que ya se nos ha ido de las manos.
Es común que nos quedemos atrapados en nichos emocionales a la espera de que nuestra suerte cambie, sin ver que somos nosotros mismos los que debemos iniciar nuestra revolución afectiva; porque cada quien tiene la capacidad de reinventar el amor a su manera y de acuerdo a sus necesidades y creencias básicas; cada cual lo construye o lo destruye, lo disfruta o lo padece según elija...y morir de amor NO es un designio inevitable, una determinación biológica, social ni cósmica.
Es posible amar sin equivocarnos tanto, y que el sufrimiento sea la excepción y no la regla
Si ya no te quieren, aprende a perder y retírate dignamente.... Que el Amor es para vivirlo, no para morir por su culpa!
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