viernes, 13 de junio de 2014

Hoy quiero...




Hoy quiero compartir mi día contigo… y lo hago porque hoy ha sido uno de esos días que te retan, que te ponen a prueba…  ¿Pero sabes qué? Si no fuera por días como estos, nunca hubiera llegado a ser quien soy, nunca hubiera gozado del privilegio de estar donde hoy estoy.

Salí de la oficina, a pasos lentos pero no vencida, sabiendo que necesitaba una respuesta, fue así cómo decidí conducir a donde la naturaleza y mis pensamientos me llevaran, acompañada de música relajante y afirmaciones poderosas… llegué a un lugar hermoso, donde la brisa de los árboles me daba la bienvenida, y donde me refugié a soltar lo que me tenía atada, necesité llorar para cuidar mi alma y luego dejé correr el tiempo mientras me sometía a mi terapia del silencio… y sabes qué?
Salí fortalecida y con la respuesta a muchas cosas. Al final del día me siento en paz y tranquila, porque acudí a mi sabiduría interior, esa que nunca me defrauda y siempre está ahí ante cualquier situación.

Y aquí estoy, sentada frente al computador, compartiendo contigo lo que es un día que puede parecerse al de cualquier mortal. Y no trato de comprender, solo de vivir, de aprender, de agradecer y de amar. Y mientras escribo, me siento acompañada por ti, porque de una u otra manera, estás ahí, y algo nos conecta… algo nos une… y no voy a desaprovechar esta oportunidad para decirte lo importante que eres para mí.